my junior® Consejo de Expertos

Mi titulación como matrona ya tiene más de una década: en 2011 obtuve mi examen en Marburg. Después trabajé durante cuatro años en una clínica en mi ciudad natal, atendiendo partos en la sala de partos y apoyando a padres primerizos en el posparto.

En 2014 se presentó un cambio emocionante: una amiga de Bonn me preguntó si quería trabajar con ella en la asistencia al parto fuera del hospital y acompañar a las familias de manera integral. Lo que estaba planeado para un año, se ha convertido ya en once años llenos de pasión por mi profesión. Actualmente trabajo en una consulta de matronas en Bonn y acompaño a parejas durante el embarazo, el posparto y el primer año de vida de su hijo.

Uno de los mayores retos para las mamás primerizas es la lactancia, por lo que me he especializado precisamente en ello. Ya durante el embarazo preparo a los futuros padres para la etapa de lactancia y, para poder llegar a más embarazadas, he desarrollado un curso online y un workbook único. Actualmente estoy realizando una formación como asesora de lactancia y amamantamiento, después de haber completado el año pasado una formación como asesora de sueño infantil y como coach de vida. Porque estoy convencida de que una mentalidad positiva, una buena relación de lactancia y un sueño reparador para el bebé son claves fundamentales para acompañar a los padres con un toque de ligereza.

Mi fascinación por esta profesión comenzó muy temprano: cuando tenía diez años, mi mamá quedó embarazada y pude experimentar de cerca cómo cambia la vida de una familia cuando llega un nuevo miembro. Me impresionó especialmente de lo que es capaz el cuerpo femenino durante el embarazo y más allá: era simplemente increíble.

Cuando dos años después nacieron mis hermanas y nuevamente una comadrona estuvo a nuestro lado, me di cuenta: todo está en cambio, pero la comadrona sigue siendo un ancla constante en este tiempo tan especial. Eso me tocó profundamente. Supe entonces: esto no es solo una profesión que me fascina, es mi vocación.

Aproveché cada oportunidad para aprender más sobre la profesión, realicé prácticas en la sala de partos y acompañé a comadronas autónomas. Pronto me quedó claro: esto es exactamente lo que quiero hacer.

Hoy, después de muchos años en esta maravillosa profesión, mi entusiasmo sigue intacto. Es un regalo acompañar a las parejas en su camino hacia la paternidad, ver su desarrollo y apoyarlas en este tiempo único. La cercanía que se crea como comadrona con una familia, la magia de una nueva vida, todo eso me conmueve una y otra vez. Y justamente eso hace que mi profesión sea mi trabajo soñado. Todo mi conocimiento especializado lo aplico en mi propia empresa, Panta Rhei Family, en la que desarrollo productos para acompañar a las futuras madres en este valioso momento.